Él, Diávolo by Myriam Millán

Él, Diávolo by Myriam Millán

autor:Myriam Millán
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Intriga, Romántico, Novela
publicado: 2016-09-14T22:00:00+00:00


Levantó el vestido y las enaguas tanto como pudo y sacó de entre su ropa íntima la daga que Lucrezia las obligaba a llevar durante el Carnaval. Sin dudarlo la hundió en la tela y cortó, en su empeño rasgó la espalda de la persona que tenía delante, que enseguida se giró para golpearla. Pero uno de los guardias de Marco logró detenerlo. Jianna se inclinó y avanzó ayudándose con sus manos, dejando gran parte de la falda de su traje atrás. Entre las piernas de los que empujaban y saltaban por encima del madero, divisó a Giovanna y Erika. Con la punta de la daga, fue punzando talones para hacerse hueco y avanzar, notaba cómo le pisaban la espalda para pasar por encima de ella, la hicieron caer a menudo y era muy difícil incorporarse. Llegó hasta las cortesanas.

─Flavia está debajo, no sé si está muerta ─explicaba Erika─. Pero no podemos levantarlo.

Jianna fue consciente del problema, la viga no era pesada, podrían levantarla entre las tres, el problema era que la multitud que salía del salón no se lo permitía.

─Las tres a la vez, ¡vamos! ─indicó.

Levantaron el madero todo lo que pudieron y Jianna metió la pierna debajo de él para que, aunque lo pisaran, no aplastaran a Flavia. Al instante fue consciente de la gravedad de su necia idea. No tenía fuerza suficiente para aguantarlo, el peso de la multitud le rompería la pierna.

Divisó a Bruno, él trataba de levantar el madero por el otro lado, y su presión hacía que la pierna de Jianna sufriera aún más. Erika y Giovanna intentaban levantar la viga y que esta no le presionara la pierna. Jianna gritó, pero el joven no la podía oír desde el otro lado.

─Bruno ─gritó Erika─, suelta el madero.

─Sacad a Flavia ya ─gritó Jianna a las prostitutas─. No aguanto más.

─¡Bruno! ─seguía gritando Erika y él al fin pudo verla, pero no oía sus palabras─. Suelta la viga. ¡Jianna!

Aquel nombre sí pudo entenderlo y enseguida soltó la viga. Empujando a las personas que saltaban sobre otras, se dirigió a hacia ellas.

─Sacad a Flavia ─volvía a gritar, el madero crujía, se rompería a trozos él o su pierna.

Giovanna había sacado a Flavia inconsciente de debajo de la viga y recibiendo golpes y pisadas la intentó cubrir con su cuerpo todo lo que pudo. La madera sobre su pierna volvió a crujir y la voz de Erika llamaba a Bruno, que con dificultad avanzaba hacia ellas, mientras trataba de quitar el madero de la pierna de Jianna.

─Lucio ─gritó Erika de nuevo.

El conde no andaba más lejos que Bruno, pero en cuanto llegaron el uno hasta el otro, entre los pudieron abrir paso y llegar hasta las muchachas.

─Jianna ─gritaba Erika─. Está atrapada.

Ambos levantaron la viga y liberaron su pierna. Apenas podía sentirla. No debía estar rota, pero el dolor era insoportable. Jianna se puso de pie con ayuda de Bruno. Y buscaba a Giovanna.

─Flavia ─gritaba.

Fue hasta ellas, estaban en la pared entre el arco y una columna. Giovanna intentaba aguantar la cabeza de Flavia contra el muro.



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